BLOG DE ESPIRITUALIDAD CRISTIANA ORIENTAL."Cuando salían de la Divina Liturgia, todos los hombres y mujeres eran como Teóforos, es decir "portadores de Dios". Todos habían comulgado. Y en sus venas corría la sangre de Dios. Eran hijos de Dios y deificados. Y saliendo de la iglesia, marchaban con precaución. Como se marcha cuando se lleva algo inestimable..."
Icono de la Transfiguración. Teófano el Griego, 1403 ( Moscú, Galería Tetriakov)
Hoy 6 de agosto según el calendario juliano que se utiliza en las Iglesias Orientales de rito bizantino se celebra una fiesta muy importante para todo el Oriente Cristiano: La Transfiguración de Nuestro Señor Jesucristo en el Monte Tabor.
Quiero compartir aquí una pequeña reflexión (*)al respecto del Padre Emilianos, monje ortodoxo del Monasterio de Simonos Petras en el Monte Athos, y a continuación un video con una explicación del Icono de la Transfiguración.
LA TRANSFIGURACIÓN DE CRISTO
Monte Tabor
Cuando, "antes de la Cruz" el Teántropo toma consigo, para acompañarle al monte, a los tres discípulos, no se ha cambiado a sí mismo delante de ellos, no ha asumido en lo externo una forma, una naturaleza, que antes no tuviese, no se ha vuelto resplandeciente con una gloria que le resultase extraña, por efecto de una luz proveniente de otra parte. Su persona perfecta y teándrica no ha sufrido ningún cambio o transformación, sino, según los Santos Padres, Cristo abrió los ojos a los discípulos: "Pasaron de la carne al espíritu", escribe San Máximo el Confesor. Y San Juan Damasceno:
"No se transfigura asumiendo lo que no era, sino mostrando a sus discípulos lo que era, abriéndoles los ojos, y de ciegos como estaban los convierte en vidente (...). Permaneciendo siempre el mismo en su identidad, se muestra ahora a sus discípulos bajo un aspecto diverso respecto al que antes se manifestaba".
Por un instante Cristo les concede contemplar la gloria de su divinidad, que estaba unida hipostáticamente, "sin confusión", sin cambio, sin división y sin separación" a su naturaleza humana (definición de fe del IV Concilio Ecuménico de Calcedonia). Revela a los ojos "abiertos" de los apóstoles la gloria inaccesible e insoportable que había "velado" por condescendencia bajo el velo de la carne, en la sombra de su cuerpo, y muestra la carne transparente como cristal. San Gregorio Palamas enseña:
"El poder divino brillaba como a través de láminas de vidrio, resultando diáfano a cuantos habían purificado el ojo del corazón"(San Gregorio Palamás, Primera homilía sobre la Transfiguración, PG 151, 433C).
Muestra, por un instante, el estado permanente que adquirirá su cuerpo después de la Resurrección y que los cuerpos de los santos poseen en el Reino de los Cielos, para ayudar a los apóstoles y prepararlos a la prueba de su Pasión:
"Antes de la Cruz, Señor, tomando contigo a los discípulos sobre una alta montaña, te transfiguraste ante ellos, iluminándoles con los rayos de tu majestad. Por amor hacia los hombres y por tu poder soberano querías mostrarles el esplendor de la Resurreccion". (Kondakio de la fiesta)
Esta luz increada, esta única gloria y energía del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, "belleza del siglo futuro y eterno" emanada del cuerpo de Cristo como de una fuente de irradiación, se convierte en "el reflejo de la carne semejante a Dios (homóteos), y le permite ver desde entonces el reino de Dios venido "con poder", como el Señor les había prometido antes de llevarlos a la montaña:
"Os aseguro que entre los aquí presentes algunos no gustarán la muerte hasta que vean venir con poder el Reino de Dios" (Mc 9,11).
En el mundo creado, el sol envía su luz sobre todas las criaturas para darles vida; igualmente la luz increada se comunica a los vestidos del Señor, "blancos como la nieve" (Mt 17, 2), pues una cosa es la unión con Dios "según la hipóstasis" y otra la participación " por gracia", "por energía u operación":
"Su rostro resplandecía como el sol, pues se identifica, según la hipóstasis, con la luz inmaterial, y por esto se convierte en el Sol de Justicia; pero sus vestidos se vuelven blancos como la nieve, pues recibien la gloria por revestimiento y no por unión, por relación y no según la hipóstasis" (San Juan Damasceno, homilía sobre la Transfiguración, 4, PG 96, 552C).
Según San Máximo, estos vestidos blancos "resplandecientes" (Mt 9, 3), "fulgurantes" (Lc 9, 29), son los logoi de la creación, las raíces ontológicas de las cosas que han encontrado su realización, su recapitulación, en la persona teándrica del Logos de Dios encarnado (San Máximo el Confesor, Ambigua, 28, PG 91, 1128BD).
Los elementos del mundo natural liberados de la pesadez de la carne, cesan de cubrir a Cristo, como pesados vestidos de invierno, volviéndose ligeros, luminosos, pneumatóforos ( portadores de Espíritu), y comunican a los hombres la irradiación de la gloria de Dios.
VIDEO EXPLICATIVO DEL ICONO DE LA TRANSFIGURACIÓN
Este video está guionado y dirigido por el Padre Sami Bou Chalhoub, sacerdote de la Iglesia Greco Católica Melquita, una de las Iglesias Católicas Orientales de rito bizantino, es decir, es una iglesia particular (sui iuris) de la Iglesia Católica que goza de autonomía y está en plena comunión con el Papa de Roma.
La Iglesia Greco Católica Melquita se origina con el establecimiento del cristianismo en el Medio Oriente. La palabra cristiano comenzó a utilizarse por primera vez en la ciudad de Antioquía, la sede histórica de la iglesia Melquita. La mayoría de sus fieles son de lengua árabe. Luego del Cisma de Oriente vuelven a reunificarse con Roma en el año 1724.
Nota:
(*) Extraído del libro Luz en la Noche, Emilianos de Simonos Petras, Ed. Narcea.
Hoy según el calendario juliano del rito bizantino se celebra el Traslado desde Constantinopla en el año 1046 del Icono de la Madre de Dios de Smolensk.
El icono de la Madre de Dios de Smolensk, es llamado también Hodigitria, es decir la que señala el Camino.
Icono de la majestuosa Catedral de Smolensk
En el año 1046, el emperador bizantino Constantino Monómaco bendijo a su hija Ana con esta santa imagen cuando ella salió de la Rus de Kiev por su futuro esposo, el príncipe Vsevolod I Yaroslavich de Pereyaslavl .
Es considerado como el primer icono de la Madre de Dios que fue llevado a Rusia desde Bizancio. En el siglo XII, Vladimir Monómaco, el hijo de Vsevolod I Yaroslavich, trasladó la Hodegetria de Smolensk y lo instaló en la Catedral de la Dormición de la Santísima Madre de Dios.
Fue desde entonces que comenzaba a ser conocido como el icono de la Madre de Dios de Smolensk "Hodigitria".
De las muchas maravillas de este consumado icono, es notable especialmente la liberación de Smolensk del poder de los tártaros: En 1239, durante la invasión de la tierra rusa, las hordas salvajes de Batu Khan, uno de los soldados tártaros entraron en la región de Smolensk, con gran peligro de ser saqueados. Sus residentes, se sentían incapaces de enfrentar a un enemigo tan grande, por lo que realizaron una ferviente oración a la Madre de Dios. Nuestra Señora oyó sus oraciones y les dio la salvación de la ciudad.
Los tártaros se establecieron en Dolgomoste, a 24 kilómetros de Smolensk, es decir, casi para un ataque súbito a la ciudad. En este momento había en el ejército de Smolensk un guerrero con el nombre de Mercurio, un hombre piadoso. Y fue la Señora quien lo elegió como instrumento para la salvación de la ciudad. En la noche del 24 de noviembre en la Catedral donde había un icono milagroso de la Hodigitria, el sacristán recibió la siguiente orden para decirle a Mercurio: "Mercurio, vete rápidamente con tu armadura del ejército, te llama la Señora. "
El vigilante se dirigió inmediatamente a Mercurio, y le contó todo. Aquel luego de ponerse la armadura, se precipitó en el templo hacia el icono de la Madre de Dios, y oyó una voz que provenía desde el icono: "Mercurio! Yo te envío para proteger mi casa ... Vete, para enfrentarte al enemigo en secreto, el obispo y el príncipe no se hacen responsables por el ataque militar, yo estaré con ustedes, ayudando a mis siervos. Pero con la victoria te espera la corona del martirio, que recibirás de Cristo. "
Lágrimas cayeron de Mercurio ante el santo icono, y cumpliendo la voluntad de la Madre de Dios, sin miedo, marchó hacia el enemigo. Por la noche, entró en el campo enemigo para matar al gigante tártaro, y éstos se sorprendieron porque esperaban un ejército más grande. Rodeado de enemigos, Mercurio permaneció firme en todos sus ataques. Los enemigos vieron en los hombres que lo acompañaban un rayo y una mujer luminosa. Su rostro majestuoso les llevó a temer. Después de una larga batalla, Mercurio fue finalmente golpeado en la cabeza y cayó muerto. Su cuerpo fue enterrado con honores en la iglesia catedral.
Mercurio Smolensky fue canonizado mártir. Sus zapatos hasta ahora pueden encontrarse como reliquias en la Catedral de la Asunción de Smolensk.
En 1414, el príncipe Yuri Svyatoslavich de Smolensk, escapando del avance de las tropas de Lituania, huyó a Moscú, después de haber tomado la santa imagen junto con él. En Moscú, se colocó en la Catedral de la Anunciación del Kremlin.
Icono de la Madre de Dios de Smolensk - Dionisio, siglo XV
En 1456, a petición de la gente de Smolensk, el Gran Duque Vasily les devolvió el icono, después de haber ordenado una copia exacta del icono que se hizo para sustituir al original milagroso de la Catedral de la Anunciación.
En 1524 para conmemorar la victoria de Smolensk y el retroceso de los lituanos, el principe Vasily III mandó a construir en Moscú en nombre de la Santísima Virgen, el Convento Novodevichy con una Catedral para el Icono de la Madre de Dios de Smolensk, y fui allí donde la santa imagen finalmente quedó instalada.
Convento Novodevichy y Catedral de la Madre de Dios de Smolensk
Desde ese momento se celebra una fiesta nacional en Rusia, la fiesta del icono de la Madre de Dios de Smolensk "Hodigitria", que ha sido celebrada anualmente el 28 de julio (calendario juliano) / 10 de agosto (calendario gregoriano).
Este icono acompañó a los rusos en muchos momentos de su historia, como en la invasión francesa de 1812, año en el que construyeron la Iglesia de la Anunciación consagrada a ella, y el icono al finalizar la batalla de Borodino, fue rodeado con todos los rangos de las tropas y venerado con oraciones de rodillas por parte del comandante, por acompañar al ejército en todo momento.
El Icono de la Madre de Dios de Pochaiv es muy milagroso. El lugar donde ocurrió la primera aparición de la Virgen dejando marcada su huella sobre una roca se encuentra en la Lavra de la Santa Dormición de Pochaiv, en Ucrania Occidental.
Ucrania es tierra de numerosas apariciones marianas, todas ellas con hechos prodigiosos e impresionantes, signo del amor de predilección de la Madre de Dios por este pueblo.
Lugar donde se encuentra la roca (debajo del vidrio) con la huella de la Madre de Dios. De la huella brota (en pequeña cantidad) agua que cura.
En la colina donde se encuentra el monasterio de Pochaiv se instalaron dos monjes en el año 1340. Uno de los monjes fue hasta la cima de la colina después de la oración y de pronto vio a la Madre de Dios, de pie sobre una roca, rodeada de fuego. Él convocó al hermano para que viera esa maravilla. Un tercer testigo de la aparición fue un pastor llamado Iván Bosoi. Éste corrió hasta la colina, y los tres juntos glorificaron a Dios.
En 1559 el Metropolitano Neófito de Constantinopla, viajando a través de Volynia (región donde se halla Pochaiv), visitó a la noble Ana Goiskaya que vivía en su propiedad de Orlya, no lejos de Pochaiv. Como bendición de despedida, él le dejó a Ana un ícono de la Madre de Dios traído desde Constantinopla. Comenzaron a notar que del ícono emanaba una luminosidad.
Cuando Felipe, hermano de Ana fue sanado en presencia de un monje en 1597, ella entregó la imagen milagrosa al monje, que vivía en la colina de Pochaiv. La santa imagen fue colocada en la iglesia erigida en honor de la Dormición de la Madre de Dios. Más tarde, allí se estableció un monasterio, en su mayor parte con la contribución de Ana Goiskaia.
En el año 1675 ocurrió un evento prodigioso en la guerra de Zbarazh, en donde la misma Reina de los Cielos apareciendo con su Omophorion y con las manos abiertas y acompañada de ángeles celestiales, defendió al monasterio del ataque de los turcos y tártaros. Este episodio se conmemora el 5 de agosto ( 23 de julio según calendario juliano).
El ícono milagroso comenzó a llamarse “de Pochaiv”. Son célebres entre sus devotos los relatos de auxilio de la Celestial Soberana a los que se acogen a su solicitud de Madre. Es conmovedor el modo en que los peregrinos de toda Ucrania confluyen en este santuario lleno de gracia celestial en nuestros días.
La celebración del ícono de Pochaiv se realiza segun el calendario juliano el 8 de septiembre, también el Viernes de la Semana Radiante (octava de Pascua) y el 23 de Julio.
Este lugar es uno de los santuarios de peregrinación más importantes de Ucrania, y en el lugar donde está la huellita de la Virgen los peregrinos suelen llevar objetos para tocarlos a la huella santa.
La Madre de Dios de Pochaiv es muy venerada entonces en la zona de Volinia.
Icono original que se encuentra en la Catedral de la Santa Dormición de Pochaiv
El siguiente video contiene imágenes de la Lavra de la Santa Dormición de Pochaiv (Свято-Успенська Почаївська Лавра), la música es del Coro de la Cámara de Kiev. Observen la belleza y majestuosidad de los lugares santos de Ucrania, la fe y la piedad de sus feligreses, sus costumbres y tradiciones santas como el de preparar y confeccionar alfombras de flores sobre el camino por el que pasará la procesión con el icono santo.
La paternidad espiritual es uno de los elementos más importantes de la vida espiritual del Oriente Cristiano.
Todos seguramente conocemos alguna figura destacada del monaquismo oriental, aquellos padres o guías espirituales, generalmente ancianos, llamadosstarets por los eslavos o gerontapor los griegos. Podemos mencionar en primer lugar a San Serafin de Sarov, ya que hoy se celebra en el rito bizantino el Hallazgo de sus reliquias en el año 1903.
San Serafin fue un monje de la Iglesia Ortodoxa Rusa, y poseyó aquellas virtudes propias de la antigua tradición que, heredada de los Padres de la Iglesia, es fortísima en el Oriente: la vida monástica, la dirección espiritual, la ascesis y el retiro lejos de los hombres. Llevó una vida totalmente consagrada a Dios y a los hermanos. Dios lo enriqueció con numerosos dones, algunos extraordinarios, y él supo, a costa de perseverantes y humildes sacrificios, hacerlos fructificar en rededor suyo.
Podemos citar también al starets San Siluan del Monte Athos y a su discípulo Sophrony Sakharov, al starets Paisios del Monte Athos, y a tantos otros que hasta el día de hoy, en la actualidad siguen ejerciendo esta misión fruto del Espíritu, desde el silencio, hombres dotados de grandes dones como el de profecía y discernimiento de los espíritus, entre otros.
San Siluan del Monte Athos
Es bien sabido con qué energía ya los maestros del monacato primitivo hicieron hincapié en la necesidad de la dirección espiritual, de la apertura de la conciencia, o mejor, de la apertura del alma, que es mucho más que la simple confesión de los pecados. En efecto, para orientar al padre espiritual y para que su dirección sea efectiva, no sólo se le deben manifestar las faltas y caídas, sino también -y ante todo- loslogismoi, esto es, los pensamientos, las inclinaciones, las sugestiones, los impulsos interiores. No hubo doctrina más común entre los monjes antiguos. San Antonio era tan exigente en esta materia, que no dudaba en afirmar que el hermano debe aclarar absolutamente todo a su "anciano"; incluso, si fuera posible, cuántos pasos ha dado y cuántas gotas de agua ha bebido. San Basilio no permite que nadie, en el cenobio, tenga escondido "en su fuero interno ningún movimiento del alma; todos los monjes deben descubrir los secretos de su corazón a aquellos hermanos que han recibido la misión de cuidar a los enfermos con simpatía y comprensión". Y esta declaración hay que hacerla cuánto antes mejor. Pues, cuando el logismoi ha repercutido en un acto externo u obtenido el consentimiento de la voluntad, la manifestación del alma llega demasiado tarde, el pecado que se quería evitar está ya cometido, y lo único que puede hacer el padre espiritual es intentar curar las llagas del alma. Es preciso atacar al enemigo en cuanto empieza a manifestarse, hay que aplastar la cabeza de la serpiente apenas asoma, matar a los hijos de Babilonia apenas nacidos, extirpar los malos hierbajos antes de que empiecen a echar raíces.
No sólo es un privilegio, sino un estricto deber, del hombre que se retira a la soledad, el llamar a la puerta de los varones espirituales en busca de dirección. Está escrito: "Pregunta a tu padre y te lo dirá". Nuestro maestros consideraban este precepto como si se dirigiera particularmente a los monjes. Y no admitían excepción de ninguna clase. Los escritos legados por el monacato primitivo nos permiten comprobar cómo los monjes noveles sometían a la crítica de los ancianos espirituales sus prácticas ascéticas, sus planes, sus intenciones; cómo les confiaban sus caídas, sus tentaciones, las sugerencias de sus pasiones. Incluso a veces, solos o formando pequeños grupos, emprendían largos viajes a pie a fin de consultar sus problemas interiores con los padres más eminentes por su díacrisis. ¡Ay de aquellos que rechazaban la dirección espiritual o no eran plenamente sinceros con sus "ancianos"!. Se exponían a caer en las ilusiones, exageraciones y errores funestos. Ya San Antonio se veía obligado a declarar: "He visto a monjes que, después de muchos años de trabajos, cayeron y llegaron hasta la locura por haber contado con sus propias obras y no haber aceptado el mandamiento de Dios que dice: 'Interroga a tu padre y te lo enseñará' ".
Los Apotegmas de los Padres del Desierto nos permiten vislumbrar cómo se realizaba en la práctica esta dirección, puesto que muchos de ellos no son otra cosa que la escueta narración de una consulta hecha a un padre espiritual. Se nos habla simplemente de una visita, de una pregunta y de una respuesta. A lo que parece, aun suponiendo que la narración abrevia, todo transcurría en pocas palabras. La austeridad de la profesión monástica, el temor a hablar inútilmente, y sin duda, también el deseo de ser claro, de facilitar el recuerdo de la respuesta y hacerla más eficaz, el respecto que imponía un ministerio considerado como de orden superior, todo ayudaba a imponer una gran sobriedad y gravedad. Son realmente impresionantes consultas. Y es que, además de las razones a que acabamos de aludir, había una causa superior que excluía toda palabrería, toda chanza, toda superficialidad: la convicción profunda de que las palabras de los ancianos eran verdaderamente inspiradas, esto es, que Dios mismo hablaba por su boca. Siendo así las cosas, no se debía discutir con ellos. Los que iban a consultarles, se limitaban a recoger con inmensa reverencia sus palabras como verdaderos oráculos. A lo más, cuando éstos se revestían de formas oscuras y sibilinas, se podía pedir una explicación; pero incluso ésta se daba en estido conciso. Sólo cuando el padre espiritual prefería responder en forma de apólogo, el discurso se alargaba un poco. Pero nunca se discutía. Si el discípulo se mostraba terco, el anciano espiritual se limitaba a pedir a Dios que tocara su corazón o a excogitar alguna estrategma para hacerle entrar en razón y volver al buen camino.
Es así, que hasta el día de hoy en las Iglesias Orientales, la paternidad espiritual es considerada como el servicio exterior más importante del monaquismo al mundo.
Santos Antonio y Teodosio de las Grutas de Kyiv
Los grandes starets sabían ver en otro hombre su propiedad exclusiva, inconfundible y sabían dar a este hombre, y a otro, y a otro más la posibilidad de ser también él mismo y no la réplica de este starets o, peor aún, su repetición estereotipada. Tomemos un ejemplo de la historia de la Iglesia de la Rus' de Kiev: el de Antonio del monasterio de las Cuevas de Kiev, y Teodosio. Este fue educado por aquél, pero Antonio era asceta y Teodosio fundó la vida cenobítica. Diríase: ¿cómo pudo Antonio prepararlo para que fuese un hombre que él mismo no había querido ser y para que hiciese lo que él mismo no hubiese hecho, a lo que Dios no le había llamado? En este caso hay que distinguir muy bien entre el deseo de hacer a un hombre semejante a uno y el deseo de hacerlo semejante a Cristo.
Lo propio de un starets es un bendito don, es la genialidad espiritual, y por eso nadie de nosotros puede pensar en comportarse como starets. Pero existe también un intermedio: la paternidad (en occidente esta figura es conocida mas bien como director o guía espiritual).
Es importante aclarar aquí, que si bien los "ancianos" o starets son padres o maestros espirituales generalmente de edad avanzada, este ministerio no está supeditado solamente a ellos. Es cierto que por su edad y experiencia de vida ascética son quienes más tienen dones especiales frutos de una vida entera de lucha y sacrificios, pero también es cierto que es pura gracia divina, en toda la historia de la Iglesia ha habido mucho de ellos que quizás ni conocían las obras de los Santos Padres, pero que el Espíritu mismo los instruía y les daba discernimiento y una sabiduría aún quizás sin haber llegado a la vejez. Pero teniendo en cuenta que la espiritualidad es la manifestación de lo que se opera misteriosamente en nosotros por la acción del Espíritu Santo, un padre espiritual puede serlo también quien sepa vigilar esta acción en su hijo espiritual, y despierte su obra, protegiéndolo contra las tentaciones o caídas, contra las faltas de fe. Por lo tanto, un sacerdote, que recibió la gracia del sacerdocio, tiene tanto el derecho como la bendita fuerza de administrar los sacramentos de la Eucaristía, el Bautismo y la Comunión, como así también de la Confesión y con éste de guiar hacia la reconciliación con Dios.
Starets Paisios del Monte Athos
Entonces el ser "starets" es concedido por la gracia de Dios, es un fenómeno carismático. Pero la "paternidad" consiste en que una persona (que puede ser sacerdote o no) engendra para la vida espiritual a otra persona. Ésta, habiendo escrutado a aquélla, vio -como reza un viejo proverbio- el resplandor de una vida eterna en sus ojos y en su rostro y por eso pudo acercársele y pedir que fuese su pedagogo y director. Lo segundo que distingue al padre es que éste parece ser de una misma sangre y un mismo espíritu que su discípulo y puede conducirlo.
La obediencia en esta relación padre-hijo tiene un papel muy importante.
La obediencia supone que el hijo espiritual, después de haberse elegido un pedagogo en quien cree incondicionalmente y en quien ve lo que busca, no sólo atiende a cada palabra de éste, sino que también hace el caso al tono de su voz y procura, a través de todo en que se minifiesta la personalidad de este starets y su experiencia espiritual, hacerla suya y sobrepasar a sí mismo, rebasar los límites de la medida que hubiera podido alcanzar con sus propios esfuerzos.
La obediencia es ante todo el don de atender. Atender aplicando no sólo el oído, sino también la inteligencia, todo el ser, abriendo el corazón y contemplando piadosamente el misterio espiritual de otro hombre. Y el padre espiritual, si es que puede serlo para uno, debe mostrar una profunda piedad por lo que en uno obra el Espíritu Santo. El padre espiritual debe ser capaz de ver en el hombre la inalienable belleza de la imagen de Dios. A veces esto puede costar esfuerzos, atenciones serias y actitud piadosa hacia aquel que acude a él. Si es incluso un hombre deteriorado por el pecado, el padre espiritual debe ver en él un icono damnificado por las condiciones de vida, por la negligencia o por el sacrilegio de los hombres; debe ver en él un icono y admirar lo que de este icono queda. Y sólo por eso, sólo por la divina belleza que tiene, debe trabajar para eliminar cuanto deforma esta imagen de Dios. Pero si el director espiritual no es capaz de ver en el hombre esta belleza celestial, ver que empieza a materializar ya su vocación de hacerse Hombre Dios según la imagen de Cristo, no puede dirigirlo. Por eso al hombre no lo construyen, no lo hacen, sino que le ayudan a crecer a medida de su propia vocación.
Aquí cabe aclarar un poco más la acepción del vocablo "obediencia". Por lo general hablamos de la obediencia como de la supeditación, la sujeción y muy a menudo incluso del avasallamiento al confesor, al que completamente en vano y en perjuicio del sacerdote mismo hemos llamado "padre espiritual" o "starets". Entretanto, la verdadera obediencia que consiste en prestar la atención con todas las fuerzas del alma compromete por igual tanto al director espiritual como al dirigido. El director espiritual debe atender con toda su experiencia, con todo su ser, con todas sus oraciones ,y más aún, con toda la acción que realiza en él la gracia del Espíritu Santo lo que este último obra en la persona que se le ha confiado al director espiritual.
Este debe seguir los caminos del Espíritu Santo en esta persona, debe venerar lo que Dios obra, sin procurar educarla según su propia imagen o tal como cree que debe desarrollarse, y no convertirla en víctima de su dirección espiritual. Se necesita la mansedumbre por ambas partes. Esperamos la mansedumbre por parte del hijo espiritual, pero ¡cuánta mansedumbre debe tener el director espiritual para no irrumpir jamás en el dominio sagrado, para tratar el alma humana tal como fue ordenado a Moisés tratar la tierra alrededor de la zarza ardiendo! En potencia o en realidad cada hombre es ya esta zarza y cuanto lo rodea es una tierra santa que el director espiritual puede pisar sólo habiendo desatado el calzado. Debe sentirse como el publicano que está a la puerta del templo, mira en el templo y sabe que es un dominio del Dios vivo, que es un lugar santo, y él tiene derecho a entrar únicamente si el mismísimo Dios se lo manda y le sugiere qué hacer y qué decir.
Una de las tareas del padre espiritual consiste en educar al hombre en la libertad espiritual, en la regia libertad de los hijos de Dios. No debe mantenerlo en el infantilismo toda vida, haciéndolo acudir a él por cualquier bagatela, sino que debe enseñarle a que él mismo oiga lo que el Espíritu Santo reza con verbos inefables en su corazón. Pensemos en lo que significa la "humildad". "Humildad" es la conformidad, quiere decir, que el hombre se ha conformado con la voluntad de Dios, entregándosele sin reserva, con plenitud y alegría y diciendo: "Señor, haz lo que quieras conmigo". Y en consecuencia se ha conformado también con todas las circunstancias de su propia vida. Todo -lo bueno y lo terrible- es don concedido por Dios. Dios nos ha llamado a ser sus mensajeros en la tierra y nos envía adonde están las tinieblas para que seamos luz, adonde está la desesperanza para que seamos esperanza, adonde la alegría se ha extinguido para que seamos alegría, etcétera. Y nuestro puesto no está sólo donde existe serenidad -en el templo, cuando se celebra la liturgia y donde estamos protegidos por la presencia de Dios-, sino también allí donde nos encontramos solos como presencia de Cristo en la oscuridad del mundo deformado.
San Teófano el Recluso
Por otra parte el vocablo latino "humildad" es derivado del vocablo "humus", cuyo significado es "tierra vegetal". San Teofano el Recluso escribe a este propósito: piensen lo que es la tierra. Yace silenciosa, abierta, indefensa, vulnerable frente al cielo. Del cielo recibe la aridez, los rayos del Sol, la lluvia y el rocío, pero recibe también lo que llamamos abonos, o sea, estiércol y cuanto echamos en ella. ¿Y qué pasa? Aporta frutos, y cuanto más soporta lo que nosotros llamamos humillación, ofensa, tanto mayores son los frutos. Pues la humildad estriba en abrirse ante Dios en plenitud y no protegerse en absoluto contra Él, contra la acción del Espíritu Santo, contra la imagen de Jesucristo, contra Su doctrina; la humildad estriba en ser vulnerables a Su gracia igualmente que lo somos a las manos de los hombres, a sus palabras hirientes, a sus hechos crueles, a sus mofas. La humildad estriba en entregarnos a Dios para que tenga derecho, según nuestro propio deseo, a obrar con nosotros lo que El quiera, en aceptarlo todo, en abrirnos y en dar la libertad al Espíritu Santo para conquistarnos.
Si también el padre espiritual va a aprender la humildad en este sentido: ver la belleza sempiterna en el hombre y conocer el puesto que le corresponde (y este puesto es tan sagrado, tan divino: el del padrino del novio que asiste al encuentro de los novios), podrá ser realmente acompañante de su hijo espiritual, podrá marchar sobre los pasos de él, protegiéndolo, apoyándolo y no irrumpiendo jamás en el dominio del Espíritu Santo. En este caso la dirección espiritual se hace parte de la espiritualidad, parte del crecimiento de la santidad a que está llamado cada uno de nosotros y que cada padre espiritual debe ayudar a consumarlo a sus hijos espirituales.
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Quiero agradecer enormemente a todos los que visitan este blog. Hoy Teóforos cumple un año de vida. Aprovecho para saludar a sus seguidores. Y para culminar este post, les comparto como obsequio aniversario, este video del Starets Tadej, un monje ortodoxo serbio, considerado por muchos como santo. Dio esta entrevista un año antes de su muerte. (+1914-2003). Hace un tiempo había visto este video en YouTube, pero sólo se encontraba subtitulada una pequeña parte de la entrevista. Ahora con gran alegría encontré la entrevista completa con subtítulos en español. Observen su mirada, sus expresiones, su komboskini (rosario ortodoxo) en su mano, orando constantemente la Oración de Jesús. En la entrevista contesta preguntas sobre muchos temas de la actualidad.
Al final de la entrevista hay una frase del starets que no está traducida, y dice lo siguiente:
"En la manera que son tus pensamientos, es la manera en que será tu vida" (Monje Tadej)
Entrevista con un santo starets
Notas:
Para esta publicación se tomaron ciertos conceptos y partes de:
- " El monacato primitivo" Editorial BAC.
- LA ESPIRITUALIDAD Y LA DIRECCIÓN ESPIRITUAL. Antonio, Metropolitano de Sourozh. Informe pronunciado el 19 de mayo de 1987 en la Conferencia Eclesiástica Científica Internacional "La teología y la espiritualidad de la Iglesia Ortodoxa Rusa" reunida en el Departamento Editorial del Patriarcado de Moscú.